El Lipiodol, compuesto sintetizado por los laboratorios Guerbet (Francia) es un medio de contraste
yodado oleoso, de elevada densidad que se utilizó en la década de los setenta para realizar exploraciones del canal espinal, radiculografías y mielografías. Fue de gran utilidad para plasmar en imágenes la compresión de una hernia discal sobre las raíces de la cola de caballo, las estenosis del canal espinal o las compresiones medulares de cualquier etiología. El mayor inconveniente de esta sustancia de contraste era que había que extraerla, al finalizar el examen radiológico, con la misma aguja con la que se había inyectado en el espacio subaracnoideo de la región lumbar. Tarea poco menos que imposible pues siempre quedaban restos que no se podían aspirar.
A diferencia de los contraste hidrosolubles que se empezaron a utilizar en los años ochenta para radiculografías, los restos de contraste oleoso que se habían empleado antes no se reabsorbían nunca y difundían por todo el espacio subaracnoideo hasta llegar a las cisternas craneales y los surcos encefálicos donde se depositaban para siempre.
El yodo (I), principal componente del Lipiodol es un no metal que se incluye en la Tabla Periódica, en la columna de los elementos Halógenos. Sin embargo tiene algunas propiedades metálicas, como la densidad elevada. Por ese motivo, sus restos suelen apreciarse en las imágenes de Tomografía Computarizada craneoencefálica como pequeñas bolitas redondeadas que simulan calcificaciones parecidas a las que se observan en algunas parasitosis. Cuando se mide la densidad, la duda se desvanece porque las gotas de contraste presentan unos coeficientes de atenuación elevados, propios del hueso cortical o de algunos metales.
Es un hallazgo poco frecuente porque el Lipiodol dejó de utilizarse, en Neurorradiología Diagnóstica, cuando surgieron los contrastes hidrosolubles, pero aún hay muchas personas a las que se practicó una radiculografía hace muchos años y todavía llevan los restos del contraste utilizado en el interior de su cuerpo, restos que les acompañarán toda la vida. Por eso hay que medir siempre la densidad de las supuestas calcificaciones que semejan bolitas redondeadas, cuando se encuentran en una TC craneoencefálica. A lo mejor no son lo que parecen ser.
Es un hallazgo poco frecuente porque el Lipiodol dejó de utilizarse, en Neurorradiología Diagnóstica, cuando surgieron los contrastes hidrosolubles, pero aún hay muchas personas a las que se practicó una radiculografía hace muchos años y todavía llevan los restos del contraste utilizado en el interior de su cuerpo, restos que les acompañarán toda la vida. Por eso hay que medir siempre la densidad de las supuestas calcificaciones que semejan bolitas redondeadas, cuando se encuentran en una TC craneoencefálica. A lo mejor no son lo que parecen ser.
FIGURA 1) A este paciente de 67 años se le practicó una radiculografía con Lipiodol hace treinta años, por la sospecha de un canal espinal estrecho. En la radiografía lateral de cráneo se observan pequeños puntitos blancos en las fosas de la base craneal, que parecen calcificaciones.
Key Words: Lipiodol. Intracranial Drops of Lipiodol. Computed Tomography. Neuroradiology Pitfalls.
FIGURA 2) ¿Calcificaciones?
FIGURA 4) ¿Más calcificaciones? ¿Quién no pensaría, con buen criterio, en una cisticercosis antigua?
FIGURA 5) Esther, la Técnico, había medido la densidad de una de las supuestas calcificaciones y comentó "densidad metálica 969 UH". No podían ser calcificaciones, pues su densidad no superaría las 100 UH. "Le habrán disparado alguna perdigonada", comento alguién, con sorna. Las preguntas al paciente y la revisión de su historial clínico confirmaron la sospecha diagnóstica.
FIGURA 8) El Lipiodol debía ser aspirado con la misma aguja utilizada para introducirlo en el espacio subaracnoideo. Ardua tarea que siempre dejaba restos de contraste en el espacio subaracnoideo.
Hospital Universitario Miguel Servet. (HUMS) Zaragoza.Spaiñ
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