jueves, 1 de febrero de 2018

LIPOMAS INTRACREALES PERICALLOSOS: (4) (Pericallosal Lipomas: CT and MRI Findings) by Luis Mazas Artasona. Febrero 2018

Los, en ocasiones, mal llamados lipomas del cuerpo calloso, son en realidad lipomas del área pericallosa, porque no se desarrollan entre las fibras de esta comisura, sino que aparecen siempre rodeándola u ocupando su espacio, cuando hay algún tipo de disgenesia del cuerpo calloso. (Figura 1).

Son malformaciones congénitas, benignas, de etiología desconocida que se producen por un trastorno en el desarrollo embrionario de la meninge primitiva. Morfológicamente, tienen un aspecto nodular, cuando son muy pequeños, pero lo más frecuente es observarlos como una estructura curvilínea en contacto con la superficie externa del esplenio o a lo largo de la cisura pericallosa. Los hay más grandes, con calcificaciones, que producen efecto de masa.

La mayoría son asintomáticos y se descubren en alguna exploración de Neuroimagen: Ultrasonidos, TC o IRM. Los de mayor tamaño es posible detectarlos en las ecografías obtétricas de rutina, en fetos grandes, o en ecografía transfontanelar, en los neonatos. La IRM es la modalidad más sensible y específica porque permite distinguirlos de otros procesos patológicos. Algunos, se descubren accidentalmente en personas adultas a las que se realiza una exploración de TC o IRM por otro motivo. En estos casos, el hallazgo genera un motivo de preocupación innecesaria en una persona sana. 

En Tomografía Computarizada, los lipomas aparecen como pequeños focos hipodensos (negros) que pueden pasar desapercibidos porque su aspecto radiográfico es oscuro como el LCR de los ventrículos adyacentes. Es de gran ayuda modificar el Nivel y la Amplitud de Ventana (WL, WW), para verlos con nitidez y el Técnico puede hacerlo, sobre la marcha, en la pantalla del monitor. La medida del coeficiente de atenuación es concluyente, cuando se obtienen unas cifras que oscilan entre (-50 y -120 UH) típicas de las  lesiones con contenido adiposo.

En IRM, los lipomas se diagnostican en la primera secuencia (FSE-T1 o TSE-T1) craneoencefálica en proyección sagital. Los lipomas del área pericallosa aparecen hiperintensos (brillantes) en esta potenciación. Si hubiera alguna duda diagnóstica se repite la misma secuencia añadiendo la opción de saturación espectral de la grasa (Sat Fat en los aparatos de GE Healthcare). Con esta técnica la señal de resonancia proveniente del lipoma se atenúa y la malformación se oscurece en las nuevas imágenes. De esta forma se corrobora la composición lipídica de la imagen y, además, se puede apreciar si existe disgenesia del cuerpo calloso, en la zona donde se localiza el lipoma. Las demás secuencias del protocolo son complementarias y se podrían suprimir. No es necesario realizar secuencias de imágenes post-contraste endovenoso.

Algunas personas que tienen un pequeño lipoma pericalloso sufren crisis convulsivas, pero eso no quiere decir que aquel sea la causa desencadenante ni que todos los que tienen lipomas pericallosos vayan a padecerlas. No requieren tratamiento quirúrgico, salvo si son muy voluminosos y producen compresión de las estructuras adyacentes.

A continuación se muestran algunos casos de lipomas pequeños del cuerpo calloso, descubiertos, de manera fortuita, en pacientes asintomáticos.

FIGURA 1) Representación pictórica figurada de un lipoma pericalloso.

Key Words: Intracraneal Lipomas. Pericallosal lipomas.

CASO 1)                                                                                      



FIGURA 1-A) TAC. Aspecto hipodenso de un lipoma pericalloso con pequeñas calcificaciones puntiformes (Flechas). A primera vista podría pasar desapercibido por su color oscuro similar al del LCR. 


FIGURA 1-B) TAC. Modificando el nivel y la amplitud de ventana, los ventrículos se vuelven grises, pero el tejido adiposo del lipoma permanece oscuro (flechas). Pequeñas calcificaciones puntiformes, hallazgo habitual en muchos lipomas. 


FIGURA 1-C) Imagen FSE-T1. En IRM en proyección sagital, se aprecia el lipoma hiperintenso con total nitidez y en toda su extensión, contorneando la superficie externa del Cuerpo Calloso (Flechas). En esta potenciación es como mejor se ven los lipomas. Hallazgo fortuito.

FIGURA 1-D) Imagen FSE-T1 Sat-Fat. Repitiendo la secuencia de orientación sagital con la opción de saturación espectral de la grasa, se anula la señal del lipoma, que aparece oscuro, (Flechas). Con esta técnica se observa la disgenesia del esplenio del cuerpo calloso. También se ha atenuado la señal de la grasa del díploe (asteriscos).

CASO 2)                                                                                      

FIGURA 2-A) Imagen FSE-T1. Lipoma pericalloso de morfología curvilínea. 

CASO 3)                                                                                      



FIGURA 3-A) Imagen FSE-T1. Lipoma filiforme discontinuo que se extiende a lo largo de la cisura pericallosa (flechas)

CASO 4)                                                                                      




FIGURA  4-A) TAC. En los cortes axiales rutinarios de TC, los pequeños lipomas pericallosos pueden pasar desapercibidos. La imagen muestra un pequeño lipoma nodular adherido a la superficie posterior del esplenio. Los valores de atenuación (-58.67 UH) son típicos de los lipomas. Si no se hubiese medido la densidad podría confundirse, por su aspecto oscuro, con el LCR de la cisura interhemisférica.

FIGURA 4-B) TAC. Modificando el nivel y la amplitud de ventana con el puntero del ratón sobre la pantalla del monitor, la imagen se aclara en general, pero no el lipoma que permanece oscuro (Flecha amarilla). En la región frontal se observa, con esta pequeña modificación técnica, otro pequeño lipoma parafalciano (Flecha negra). 

BIBLIOGRAFÍA:

1) Paresh K Desai. Pericallosal Lipoma. (https://radiopaedia.org/articles/pericallosal-lipoma).
2) C.L. Hua Agenesis and lipoma of the corpus callosum: MR findings. AJR Am J Roetgenol, 154 (1990).
3) FA Gómez-Gosálvez, F Menor-Serrano, M Téllez de Meneses-Lorenzo, M Aleu Pérez-Gramunt et al. Lipomas intracraneales en pediatría: Estudio retrospectivo de 20 pacientes. Rev Neurol 2003;37:515-21. 

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