jueves, 1 de diciembre de 2011

¿DÓNDE SE ESCONDEN LOS MENINGIOMAS? (Meningiomas: Where they hide?) by luis mazas artasona. Diciembre 2011.

La mayoría de los tumores  intracraneales se dejan ver con claridad en las exploraciones de Tomografía Computarizada sin embargo, otros como los meningiomas han aprendido a adaptarse a las condiciones del medio donde se desarrollan. Sólo pueden crecer a partir de las células de las meninges que tapizan el interior de la bóveda craneal, así que tienen que mimetizarse con el parénquima encefálico y adoptar una tonalidad parecida para conseguir escapar al ojo escrutador del radiólogo y librarse del bisturí del neurocirujano. 

Hay muchos tipos de meningiomas cuyo apellido lo toman de la célula de la que derivan: lipoblásticos, angioblásticos, fibroflásticos, etc. Algunos debieran llamarse "Meningiomas Camaleónicos" porque cambian de aspecto, como los camaleones, para mimetizarse con el tejido cerebral y pasar desapercibidos. También se esconden detrás de las paredes óseas para hacer más difícil nuestra tarea.  Al fin y al cabo no pretenden hacer daño al huésped que les ha acogido, sino sobrevivir. Y de eso ya hemos tenido algún ejemplo. Veamos las siguientes imágenes.


 

FIGURA 1) Paciente de 69 años que había sido remitido por el neurólogo, por cefalea intermitente, con una exploración neurológica normal. Realizada la primera adquisición de TAC craneoencefálica, sin contraste, parecía que pudiera tener algo. Pero no había unanimidad. ¿Se escondía algún tumor? 


FIGURA 2)   Se inyectó 100 cc de contraste yodado endovenoso y repetimos la exploración. Un examen rápido no mostraba grandes cambios, sólo  parecía haber una asimetría en el hueso del ala mayor izquierda del esfenoides, con respecto al lado derecho. 


FIGURA 3) Al medir los valores densitométricos nos llevamos la sorpresa. El hueso presentaba unas cifras de 431´87 UH, propias del tejido trabecular, pero la porción posterior, igual de blanca a simple vista, mostraba unos coeficientes de atenuación de 77 UH. Esa prominencia no podía ser ósea. A veces, nuestro ojo nos engaña y es incapaz de distinguir entre dos tonalidades de blanco distintas, en una imagen de Tomografía Computarizada. Pero la medida de la densidad deja las cosas en su sitio.


FIGURA 4) Al modificar la amplitud de ventana (WW) disminuyó el brillo y el tumor, que se había ocultado detrás de la pared ósea del ala mayor izquierda del esfenoides, quedó al descubierto. Asunto concluido.

Son muy frecuentes los meningiomas y muy puñeteros, como hubiera dicho mi abuela, porque se esconden en los sitios más insospechados y pueden pasar inadvertidos si no se presta atención a las imágenes preliminares sin contraste. Afortunadamente para el huéped, todos tienen una gran avidez por el contraste yodado y eso les delata siempre, porque se convierten de inmediato en lesiones hiperdensas, que destacan brillantes del parénquima cerebral que les rodea .

Podemos volver ahora a examinar la primera imagen sin contraste. En un examen rápido hubiera podido pasar desapercibido.

Servicio de Radiodiagnóstico (Neurorradiología) Hospital Universitario Miguel Servet. (HUMS) Zaragoza.Spaiñ

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